Regresó. Sin motivo
aparente volvió a ocupar un espacio antes tan lleno de todo que
parecía imposible obrar algo en él. Pausadamente deambula su rastro
sobre la memoria.
¡Está todo tan lleno de
ello, ahora...
Nada queda que imponga
sus contornos; nada que se afirme ser. Y, no obstante, impetuosamente
muestra su urgencia.
Regresó, de nuevo, a
otro lugar; y son tantas las veces que ha vuelto, ya, que imposible
es saber si alguna vez partió, si estuvo aquí en algún momento.
En este instante, con su
estar negándonos todo futuro, abre el espacio del vivir para las
vidas muertas, nos brinda al porvenir hueco de la acción. Sin ser
aún, ya fue, y aún nos es en el momento de su abandono.
Regresó: se fue. Ya la
primera vez que vino, volvía y nadie lo observó.