jueves, 22 de mayo de 2008

Una carta

<-Adios -se giró, dió tres pasos, se volvió, retrocedió... todo estaba vacío, ya, todo había pasado... ¿Y ahora, qué?
>Después de las traslucidas algas vistas como através de un cristal rojizo, olvidadas tras el fondo del mar; después de su partida, después del vacío, ¿qué?
>Se preguntaba, se inquietaba, desesperaba y se decía: "Después de todo... esto" y miraba frente sí y no había nada, miraba su dedo que no señalaba a nada y se desvanecía toda intención de habla... "esto, esto, esto" se repetia como un eco en su cabeza, "esto" y esto no era nada...
>¿Por donde poder ver entonces el recuerdo?
>Una vez acabado todo podría -solía decirse- recordarlo, levantarse sobre lo sucedido y explayarse en sus mejores y sus peores momentos, aprovechandolos y ordenandolos a su antojo; pero, una vez acabado todo, se había acabado, también, el recordar y no recordaba, siquiera, sus palabras mientras "esto, esto, esto" se repetía com un vacío en su pensar.
>Su dedo, poco a poco, se perdía, también, con él, y las imagenes, y los sueños, y la luz, y ante él, nada. Como por un efecto fugaz de magia concertada todo había pasado y no había nada, ahora, sobre que sujetarse, ningún punto de apoyo, ningún distanciamiento, nada... nada que perder, nada perdido... Ni silencio.
>"Esto, esto, esto" se repetía en su cabeza, pero esto no era nada, y la repetición lo era todo.
>Ante sí... nada, pero nada no estaba allí; ni el ligero olor a aceitunas de los cuerpos tendidos al sol de una noche de invierno, sobre un tejado, con Neruda bajo e brazo; ni aquel entrecot al roquefort que nos aunó en nuestro viaje por la catarata de Altazor... nada.
>Nada más... nada... ni flores sobre la cama.
>Mas, después de todo, habiendolo cruzado todo, quedaba él; pero su cuerpo, poco a poco, se desdibujaba... ya no recordaba quién era, pasado ya el recuerdo, su mente se perdía mientras "esto, esto, esto" llenaba el espacio, que no era nada, y el tiempo, donde no pasaba nada, y se cegaba ya toda palabra... y nada quedaba, y nada no estaba, y nada se perdió>

Este texto lo encontré bajo la puerta de mi casa metido en un sobre en cuyo reverso ponía: "Esto paso cuando ella se fue".
Obviamente lo tiré a la basura y guardé la bolsa en el que lo había tirado en el mueble de las cosas viejas, hasta el día de hoy en el que, soportando el olor de los años, decidí hacerlo público.

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