sábado, 6 de junio de 2009

Te observas, desnudada ya por el pasar de los dias, ante el espejo del tocador y ves que tus pechos, pendiendo sobre una tripa un tanto hinchada, dibujan el exacto vacío que ocuparía la cabeza de un hombre, ahora que, tras lo sucedido, no hay ya ninguno; y te percatas de quan silencioso, como sin decir nada, ha pasado a traves de tí el tiempo.

No hay comentarios: